Preguntas frecuentes

El psicoanálisis es un método terapéutico cada vez más conocido. Hoy en día se ha convertido en una modalidad terapéutica demandada por muchas personas. Sin embargo, hay algunas preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis que algunas personas se hacen.

Si tienes interés pero tienes preguntas, aquí respondo algunas de forma clara y sencilla.

¿Qué es el psicoanálisis?

El psicoanálisis es, ante todo, una forma de entender al ser humano que responde a preguntas frecuentes tales como ¿Cómo se construye nuestra forma de ser? ¿Qué determina que seamos como somos? ¿Por qué sentimos lo que sentimos? ¿Qué nos hace sufrir?

Para el psicoanálisis, el ser humano es un ser desamparado. Necesita a otro para vivir. Esta necesidad nos acompaña desde el primer día hasta el último de nuestra vida, siendo en la infancia intensa e ineludible.

Cuando somos pequeños dependemos de los adultos de manera absoluta. Necesitamos a un adulto para entender el mundo y para gestionar nuestras propias emociones, es decir, lo necesitamos para vivir. Nuestra propia vida se entrelaza, para siempre, con la del otro.

Lo que hemos vivido en la infancia, que es cuando más expuestos estamos al otro, marcará nuestra vida y nuestro destino. Los modos de vincularnos de esa época, esos anhelos y esos temores, nos acompañarán siempre.

De adultos repetimos los modos infantiles de vincularnos, sobre todo aquellos que han fracasado. Esto explica por qué nos pasa siempre lo mismo, por qué, por ejemplo, al niño abandonado lo abandonan sus parejas o por qué a la niña maltratada la maltrata su jefe.

En una terapia psicoanalítica se dedica tiempo a entender qué has sentido con las figuras importantes de tu vida. Para entendernos a nosotros mismos, sobre todo para entender nuestros fracasos, tenemos que entender la huella temprana que el otro ha dejado en nuestra vida.

Estas huellas que ha dejado el otro son inconscientes. Son vivencias tempranas, muy sentidas pero poco pensadas. Si bien son inconscientes no están perdidas en absoluto, todo lo contrario. Tienen poderosos efectos en la conducta de la persona sin que esta tenga un pleno conocimiento de estos.

Esto que no alcanza a entender la persona es el foco principal de todo proceso psicoanalítico.

¿Qué hace un psicoanalista?

Una de las preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis es qué hace un psicoanalista. Lo primero que hace un psicoanalista es preguntarle a la persona que consulta qué la ha llevado a consultar. Esta pregunta abierta puede ser contestada de mil formas. Cada paciente la contestará a su modo.

El modo que tiene una persona de contar lo que le pasa puede variar. Un día puede poner el acento en una cosa y otro día en otra pero siempre tendrá un modo único y singular de contarlo, determinado principalmente por las vivencias más tempranas que más le han marcado.

Estas vivencias tempranas suceden en un escenario infantil donde el niño es particularmente sensible. Necesita irremediablemente al adulto y cualquier daño o fallo del entorno puede dejar una huella muy profunda, negativa y duradera.

Los niños no tienen los recursos intelectuales y emocionales que tienen los adultos. Cuando algo los impacta emocionalmente no pueden gestionarlo porque no tienen mecanismos mentales para ello.

El inconsciente es el conjunto de eventos dolorosos y traumáticos que no pudieron ser gestionados por la mente infantil pero que continúan determinando las vivencias adultas de las personas. No son recuerdos, son huellas que quedan en la mente y que forman parte del tejido con el que construimos la historia que contamos de nosotros mismos

Ahora puede surgir una de esas preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis: ¿Cómo escucha un psicoanalista las huellas inconscientes? No tiene misterio y daré un ejemplo que te ayudará a entenderlo bien.

Sin ser psicoanalistas, todos hemos tenido la experiencia de haber escuchado a alguien contar su historia y haber podido conjeturar algo que iba más allá de lo expresado en sus palabras. Es una conjetura a la que no hemos llegado al azar. La forma de contar su historia,  las palabras que usa, las que omite, unido a lo que conocemos de esa persona, nos hace percibir algo que no habíamos percibido antes.

Esa conjetura es, ni más ni menos, que una captación de las huellas inconscientes de las que hablo. Algo que no ha sido dicho pero que uno construye con su propia cabeza y que nos da pistas exactas acerca de quién es el otro.

La función principal de un psicoanalista es la de escuchar estas huellas e ir conduciendo a la persona a que tome conciencia de ellas y las pueda empezar a pensar. Estas huellas, precisamente por ser inconscientes, condicionan la vida de la persona. La persona está atrapada por algo que no alcanza a ver ni a entender.

Cuando un paciente empieza a descubrir lo que le pasa, empieza a sentirse dueño de su vida, de sus decisiones y de las consecuencias de las mismas. La angustia que produce el no saber lo que le pasa disminuye radicalmente.

El objetivo de un tratamiento es que la persona se libere de los condicionantes infantiles que le impiden vivir al máximo de su potencial.

¿Cómo funciona el psicoanálisis?

¿Cómo funciona? es otra de las preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis.

Mucha gente sabe que el psicoanálisis sirve para encontrar alivio y mejoría a través del autoconocimiento pero no todas saben cómo es el proceso a través del cual se llega a ese conocimiento de sí mismo.

Las personas que buscan terapia psicoanalítica o psicoanálisis no saben exactamente lo que les pasa. Saben que tienen una dificultad pero no pueden resolverla por sí mismos.  Por más vueltas que le han dado o por más consejos que han recibido, se sienten atrapados en un problema sin solución.

Impotencia, desesperación y angustia están presentes en las demandas que recibimos los psicoanalistas. Todas ellas hablan de un malestar que ya no aguantan más y qué tampoco logran entender del todo bien.

Esto que se le escapa al paciente es, en terminología psicoanalítica, el inconsciente. Las huellas inconscientes se producen por experiencias muy tempranas que no pudieron ser gestionadas por la impresionable y frágil mente infantil. Los niños son radicalmente conmovidos por lo que les pasa pero son incapaces de pensarlo o procesarlo como lo haría un adulto.

Estas experiencias inconscientes, inmensamente potentes pero no pensadas, siguen vigentes en la mente adulta. Conmovieron la mente infantil y sus efectos aún perduran.

Lo que nos dice un paciente, cómo lo dice, lo que nos hace sentir sus palabras, entre otras muchas cosas, dispara en la mente del psicoanalista nuevas ideas que comunica al paciente. Podría decirse que un psicoanalista es alguien entrenado para captar las huellas inconscientes del otro.

Los psicoanalistas estamos familiarizados con el inconsciente porque nos hemos psicoanalizado en profundidad. Este autoconocimiento íntimo de nuestras dificultades y el trabajo hecho para solucionarlas es la mejor herramienta terapéutica con la que contamos.

Cada huella inconsciente que el psicoanalista extrae de las palabras del paciente se la comunica a este en un momento oportuno. Se requiere pericia para saber cuándo intervenir.

Cada intervención va dando sentido a lo que antes no lo tenía. El paciente empieza a pasar del desconcierto angustiante inicial a una comprensión más calmada. Es muy frecuente observar una notable disminución de la angustia y la ansiedad durante una terapia psicoanalítica.

El objetivo de un psicoanálisis es el de facilitar las condiciones para que la persona pueda relacionarse mejor con los demás y sentir más satisfacción con lo que hace. En definitiva, que esté más a gusto con su vida. Esto lo logra al enterarse de los obstáculos e interferencias internas que desconocía.

La vida siempre traerá nuevas dificultades pero estás ya nos serán abrumadoras o angustiantes. Ante un problema no se activarán, automática y ciegamente los fallidos mecanismos infantiles, sino los recursos descubiertos a través del proceso de autoconocimiento.

¿Cuánto dura la terapia psicoanalítica o un psicoanálisis?

Esta es una de las preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis: “¿cuánto puede durar un tratamiento psicoanalítico?”. El psicoanálisis ha sido criticado por durar demasiado tiempo y esto ha alejado a muchas personas de las consultas de los psicoanalistas. Nadie quiere esperar años para empezar a sentirse mejor.

Es cierto que hubo una época en la que algunos psicoanalistas incurrían en graves errores. Uno de ellos era pretender que sus pacientes, esperasen sin impacientarse, muchos años antes de empezar a notar los efectos terapéuticos.

La lentitud de aquellos tratamientos tenía que ver con las limitaciones de la teoría que se usaba. Las teorías psicoanalíticas del pasado no daban cuenta de la infinidad de manifestaciones clínicas que se observaban en los pacientes.

Los terapeutas se enfrentaban, por una parte, a una teoría insuficiente para entender la complejidad  de los casos y por otra,  a una teoría que no podían cuestionar porque estaba en proceso de construcción o porque había sido idealizada. Como es evidente, tener una teoría insuficiente pero a la vez única e incuestionable trajo muchos problemas.

Por suerte, esta situación ya no existe. Las teorías psicoanalíticas se pueden cuestionar, debatir y ampliar. Lo que ocurre en las consultas crea nuevas propuestas teóricas cuya validez la corroboran los pacientes.  Teoría y práctica clínica se nutren mutuamente.

Esta breve explicación me permite responder mejor a una de las preguntas más frecuentes, aquella que tiene que ver con la duración una terapia psicoanalítica. Los psicoanalistas actuales disponemos de teorías muy dinámicas, que admiten cambios y modificaciones. Son teorías que nunca olvidan que su finalidad es ser útil para la vida del paciente.

Si bien resolver algunos problemas complejos puede tomar tiempo, no es infrecuente que un paciente empiece a experimentar alivio desde las primeras sesiones. El psicoanalista se sitúa, desde el primer momento, en un lugar que ofrece una nueva perspectiva de lo que pasa. Esta visión radicalmente diferente del problema abre de inmediato el espacio para empezar a generar cambios.

Decir con precisión cuánto dura una terapia psicoanalítica es sencillamente imposible. Sin embargo, yo como psicoanalista nunca pierdo de vista que el tratamiento debe ser una herramienta útil que ayude al paciente cuanto antes.

¿Cuánto cuesta una sesión de psicoanálisis?

Una de las preguntas frecuentes sobre el psicoanálisis es la que tiene que ver con el precio de las sesiones.

Una terapia psicoanalítica es un espacio de trabajo que requiere mi compromiso y el del paciente. La fecha de inicio la sabemos y también sabemos que durará un tiempo que no podemos precisar.

Yo considero que se deben dar las condiciones para que un tratamiento se sostenga en el tiempo. De nada vale comenzar un tratamiento que luego no podrá continuar por dificultades económicas.

Muchas veces las personas me llaman para saber cuánto cuesta la sesión.  Yo respondo que la primera entrevista cuesta 60 euros pero que el precio de las siguientes lo acordaremos en esa entrevista.

Para mí es impensable fijar un precio sin antes conocer a la persona.  Para establecer el precio de la sesión siempre tomo en consideración las circunstancias de quien consulta. Por eso, en la primera entrevista, dedico un tiempo para hablar de este tema.

Doy un par de ejemplos que muestran mejor mi forma de gestionar el costo de la sesión de terapia psicoanalítica o psicoanálisis. Por ejemplo, el precio para un estudiante de psicología, para un PIR o para un MIR que esté haciendo la especialidad en Psiquiatría, no puede ser el mismo que para un alto ejecutivo que viene a resolver un problema puntual.

Los PIRES o MIRES en psiquiatría vienen a terapia psicoanalítica o a psicoanálisis para resolver algún tema personal pero también para tener una experiencia que les ayudará con sus propios pacientes. Muchos de ellos quieren hacer un proceso de autoconocimiento profundo y están dispuestos a invertir tiempo para lograrlo. Sus ingresos son limitados pero tienen mucho interés y establecen un fuerte compromiso terapéutico. El precio debe ser acorde a estas circunstancias.

Por otra parte, un ejecutivo de alto nivel puede tener una menor disponibilidad y su demanda puede estar referida a un problema puntual. No desea emprender un proceso de introspección profundo ni tampoco prevé dedicar muchas sesiones. Aunque para estas personas el precio puede no ser el principal obstáculo, igualmente el precio debe ser razonable.

En resumen, el precio lo acordamos el paciente y yo, jamás es una imposición arbitraria. Debe ser razonable para ambas partes y debe permitir que un proceso terapéutico se despliegue sin agobios económicos.

¿Puedo acudir a una entrevista para ver cómo me siento antes de decidir comenzar un tratamiento?

¡Por supuesto!

Hay personas que quieren comenzar una terapia pero antes quieren saber cómo se sienten con la persona a la que van a consultar.

Si eres una de estas personas, puedes concertar un cita para tener una primera entrevista.

Sin duda, es una forma de tener una primera toma de contacto. Además de darte la oportunidad de ver cómo te sientes viniendo a mi consulta, también escucharás las impresiones iniciales que tengo sobre tu caso.

Si bien, es indispensable que te comprometas con el tratamiento, también lo es que te sientas bien con quien va a ser tu psicoanalista o terapeuta psicoanalítico.

Es normal estar algo nervioso antes de tener la primera sesión.

En efecto, la mayoría de las personas lo están antes y durante la primera toma de contacto. Sin embargo, también es importante sentir que estás en un lugar cómodo y que te transmita seguridad.

Es decir, a pesar del nerviosismo inicial, es muy importante que te sientas en manos de alguien profesional y con experiencia.

¿Cuando consultar a un psicoanalista?

Si te pasa alguna de las siguientes situaciones entonces puede ser un buen momento para consultar con un psicoanalista:

  • Si llevas un tiempo sintiéndote mal y no logras por ti mismo sentirte mejor.
  • Sabes que algo dentro de ti no marcha bien pero no sabes con precisión ni qué es ni qué hacer para solucionarlo.
  • Quizás puedas precisar qué acontecimiento desencadenó tu actual malestar pero no terminas de entender por qué te afecta tanto.
  • Le has dado muchas vueltas y lo has conversado con algunas personas pero nada parece ayudarte.
  • El malestar va en aumento y empieza a tener un protagonismo en tu vida que te impide disfrutarla.
  • Te pasa lo mismo con tus parejas, en tus trabajos o con tus amigos y no entiendes por qué siempre se repite la misma situación.

En resumen, si tu malestar es intenso, afecta tu cotidianidad y no sabes qué hace para estar mejor, entonces, el psicoanálisis y la terapia psicoanalítica te puede ayudar.

¿Por qué elegir una terapia psicoanalítica o un psicoanálisis?

El psicoanálisis es radicalmente diferente a otras terapias porque se centra en entender las experiencias inconscientes que se han vivido y las huellas que estas experiencias han dejado.

Los psicoanalistas sabemos que estas huellas producen muchos efectos en la vida de las personas. También sabemos que las personas no son conscientes de los mismos.

Daré un ejemplo para ilustrar a qué me refiero por huellas inconscientes:

Imaginemos un niño que tuvo una madre cambiante, que un día lo quería, pero otro mostraba desapego y frialdad.

Este niño crece y se convierte en un hombre desconfiado y solitario, hasta que conoce a una mujer de la que se enamora, pero es incapaz de comprometerse con ella.

Acude a consulta porque teme que su chica le abandone por no dar el paso de irse a vivir juntos. No entiende porqué, si la ama tanto, está paralizado y es incapaz de mudarse, a pesar de lo mucho que lo desea.

El temor que su chica sea cambiante como su madre y un día le deje de querer, es la huella inconsciente. Identificar ese temor infantil al desamor del otro le ayudó a salir del estado paralizante.

Este ejemplo muestra, de forma muy resumida, de qué se trata un tratamiento psicoanalítico. Evidentemente un tratamiento de verdad es mucho más complejo y lleno de matices.

También trato de transmitir a través de este ejemplo que la solución a un problema que te aqueja no es exterior a ti. Encontrarla requiere que mires hacia dentro.

Yo no te diré qué debes hacer, pero trabajaré contigo para entender por qué te pasa lo que te pasa.

Tú ganarás autoconocimiento y podrás por ti mismo resolver otros problemas similares.

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