Talibanes amenazados por una niña llamada Malala

malalaMalala es una joven que de niña pedía se le dejase continuar yendo a la escuela.  La fuerza de su deseo era tal que continuó yendo a pesar de que el régimen talibán prohibió a las niñas del valle de Swat, la pintoresca región donde nació, asistir a la escuela.  Continuó asistiendo a pesar del miedo y también continuó escribiendo en su blog. Malala tenía un sueño: llegar a ser médico.

Ser médico es, para una niña occidental, algo permitido, incluso alentado por su entorno. Para una niña paquistaní albergar un sueño así no solo es frustrante, por ser casi imposible de alcanzar, sino también es altamente peligroso, como quedó demostrado cuando una talibán disparó contra ella.

Un ataque tan brutal contra una niña de 14 años revela la magnitud de la amenaza que ella representa. ¿Por qué educar a las niñas es tan amenazante para los extremistas radicales? Porque una mujer con educación puede llegar a ser independiente y autónoma pudiendo escapar de ese lugar inerte y sin vida en donde los talibanes pretender colocar a la mujer. Malala no se comportó como un objeto inanimado y casi lo paga con su vida. –Una actitud muy temeraria- dirán unos, -una actitud muy valiente- dirán otros, entre los cuales me incluyo.

El mundo occidental tiene mucho que aprender de esta joven que ha luchado por la igualdad de oportunidades para las mujeres en un lugar en el que puedes morir por hacerlo. Sin duda Malala se ha convertido en un ejemplo de coraje y en un símbolo del derecho a la educación de las mujeres paquistaníes y del mundo. Para mí, no solo como psicólogo, psicoterapeuta o psicoanalista sino también como mujer, su historia es fuente de inspiración.

Malala, ahora me dirijo a ti. Hace dos años intentaron matarte pero no pudieron. Tu causa es justa y tu tesón inquebrantable y por eso te ha sido otorgado el premio Nobel de la Paz. Sé que llegarás a sorprendernos aún más. Te sigo la pista…

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