Hay personas que no hablan de lo que les ocurre por terrible que sea. Nadie parece querer escucharlas y aunque hablasen de lo que les pasa no sería tomado con la seriedad que merece. Entre estas personas encontramos a las mujeres mayores que sufren algún tipo de maltrato en el hogar. El maltrato en la vejez, además de ser silenciado por la víctima, también lo es por las instituciones quienes sistemáticamente le dan la espalda a este colectivo no designando recursos para atender a estas vulnerables mujeres. La realidad de ellas es tan desconocida que en la última edición del 2013 de la revista “Papeles del Psicólogo”, publicada por el Consejo que reúne a todos los Colegios de Psicólogos de España, se reconoce que no existe investigación alguna dedicada a este frágil colectivo.
Una mujer que ha sido maltratada por un tiempo prolongado, que no tiene recursos económicos, que probablemente no ha tenido experiencia laboral y que además ha perdido autonomía, por las limitaciones propias de la edad, difícilmente se atreverá a hablar del maltrato que padece.
Si en un acto de valentía, sin precedentes en su vida, denunciase a su agresor ¿Quién se haría cargo de ella? ¿Qué lugar la acogería? Evidentemente las respuestas son: nadie y ninguno. Ante un escenario tan desolador no sorprende que se guarde silencio. Sin embargo, no debemos permanecer sordos. Su silencio no es otra cosa que una ahogada demanda de ayuda dirigida a todos, incluyéndote a ti y a mí.
En el 2002 más o menos yo hice una jornada financiado por el Ajuntament de Drets Civils, sobre el maltrato a las mujeres por sus hijos, me dijeron que eso no existía pero la sala estaba llena y muchas mujeres hablaron de sus casos, ¡maltratadas por sus hijos a quienes no podían denunciar! menores de 15 años, más altos que sus madres y que les pegan. no crean que solo pasa en medios desfavorecidos, lo que pasa que ¡ni siquiera puedes ir a la policia! ¿Qué hacer con estos jovenes?
Y las personas mayores viudas que sus hijos explotan como trabajadoras gratuitas, vienen a vivir a sus casas sin pagar, le quitan su habitacion, le hacen cuidar a los niños gratis, limpieza etc y ¡las pobres no puden ni marcharse a otro lado porque la casa es suya! No pueden tampoco denunciar a sus hijos
Estimada lectora:
Su experiencia corrobora que el maltrato en la vejez existe mucho más de lo que se piensa aunque sea sistemáticamente silenciado por la comunidad y por los organismos gubernamentales competentes (¿o incompetentes?). Por eso su testimonio es de vital importancia. Hay que comenzar por hablar de él, por denunciar, como usted lo ha hecho, la realidad silenciosamente sufrida por tantas mujeres mayores. Gracias por compartir su experiencia
Soy Karmen y me asombra el no ver ningún comentario que trate al revés; quiero decir el maltrato a los hombres en su vejez; en el caso que conozco por una enfermedad degenerativa que la esposa no acepta y por lo tanto le ha dejado de cuidar: no le alimenta, no le asea, recibe maltrato psicológico todos los días, el tiene muchas caídas y no le lleva al médico tiene tanto pánico que no habla por miedo. Contaría mucho más pero que se puede hacer. Gracias
Estimada Karmen,
La vulnerabilidad propia de la vejez puede convertirse en un escenario propicio para el maltrato sin importar el género de quien lo sufre. Si bien hablo de mujeres también lo podría hacer de hombres.
Es terrible lo que cuenta: alguien vulnerable a merced del agresor. Terrible. Sin lugar a dudas una actitud despreciable la de quien abusa de su poder ante alguien indefenso